¿Sabéis vosotros, QQ:.HH:., cuáles son los deberes que el Francmasón tiene para con el mundo profano?
Es de suma importancia que comprendamos que el hecho de pertenecer a la institución Francmasónica
no se limita al simple acontecimiento de asistir a reuniones a puerta cerrada ni a establecer un sistema
de comunicación de signos y palabras mas o menos secretos, ni a limitarnos a prestar oídos a las
disertaciones de nuestros hermanos o exponer las nuestras propias, sino que se extiende a un campo
mucho más amplio, universal.
La Masonería, es en mi percepción, más que una asociación o fraternidad, un sistema de vida, sujeto a
la observancia fiel de las normas de la moral universal. No podemos despojarnos del mandil para salir
a la calle. El Masón debe comportarse y actuar como tal en la Logia, en la casa, en el centro del trabajo,
alumbrando el mundo profano con la luz de la verdad.
La Masonería, al no ser una secta o un culto pretende la instrucción laica. Podemos decir que toda la
doctrina Masónica se resume en este bello pensamiento: "Amareis a vuestro prójimo como a vos mismo".
El Masón debe profesar amor a sus semejantes, un amor que conlleve una buena dosis de tolerancia,
respeto y bondad, disculpando los errores ajenos y procurando, con la mayor cordura y tacto social
sacar a los profanos de las actitudes erróneas en que se hallen sumergidos, y jamás considerar a nadie
como un enemigo, puesto que los enemigos del Masón son las pasiones, la ignorancia, la hipocresía,
la traición, la envidia, el vicio y la ambición desmedida, que oprimen a la humanidad, dominando a la
inteligencia y aprisionando a la libertad.
Debemos estar siempre, QQ:.HH:., en disposición de ayudar a los semejantes en desgracia, o a los
infelices que no tuvieron la suerte de tener acceso a las oportunidades y dones que el creador nos
dio a algunos. Debemos socorrer a los necesitados, ser padres de los pobres, a fin de tener una
conciencia tranquila y para que cada suspiro que la indiferencia de un Masón les arranque, no se
convierta en una maldición que pese sobre nuestras cabezas. Yo, QQ:.HH:.; me siento sumamente
reconfortado cuando tengo la dicha de toparme con un niño necesitado, y a cambio de un sucio
billete de cinco pesos me da un "Que Dios le bendiga, Señor"; que para mí, vale más que mil elogios
de poderosos.
También debemos tener siempre presente el valor de la justicia, dando a cada cual lo que le corresponde,
ni más ni menos, recordando siempre que, a los ojos del G:.A:.D:.U:. todos los seres humanos son
iguales, no importando posición social, credo, color de la piel, o cualquier otra característica.
Debemos ser humildes. No aceptar ni esperar elogios ni envanecernos cuando alguien nos los prodiga,
pues debemos desconfiar de la boca que ensalza nuestras virtudes, pues por otro lado puede estar
maximizando nuestros defectos.
Acerca de la ostentación de lujos que algunos individuos practican, os puedo asegurar QQ:.HH:. que
los bienes materiales nada valen, y el hecho de cimentar el prestigio personal en ellos denota que el
individuo, al carecer de los elementos morales necesarios recurre al apoyo de demostrar, en cuanto
al valor de sus posesiones, la altura de su posición.
Necesitamos ser más reflexivos, mantener una completa independencia mental, y demostrar ante todo
momento prudencia. Ser hombres pacíficos, pero dispuestos a desenvainar la espada, dispuestos a
luchar por las causas nobles y justas, como lo hicieron tantos HH:., que inclusive pagando un alto
precio con su propia sangre, dieron la libertad a tantos pueblos oprimidos. La divisa LIBERTAD,
IGUALDAD, FRATERNIDAD, debe estar siempre presente en nosotros, inscrita en nuestro corazón.
QQ:.HH:., somos agentes del cambio, pero de cambio total, a fin de conducir a la humanidad a un
mundo más justo y libre, en donde todos los seres humanos sean iguales. Sí, QQ:.HH:., es posible,
no es una utopía. Esa fe en la humanidad, en los ideales y en la esperanza en conseguirlos, es la
divisa central de la Masonería. Uno de los mayores poetas de nuestra Augusta Orden, el H:. Rojas
Cabrera, nos dice en forma por demás elocuente y justísima: Este es el Masón:
"Alma noble, vida honrada, Franco, cortés, generoso, Padre amante, buen esposo odio a nadie,
miedo a nada. De la virtud defensor, sostén de la libertad siervo de la caridad compañero en el dolor.
Refractario del fanatismo, que en la falsedad se inspira, verdugo de la mentira, y juez del oscurantismo.
Adora a Dios, y a sus seres y es mas de todo eso, Sacerdote de progreso y esclavo de sus deberes".
Así son los Masones. Así deben encaminar la vida todos los seres que hemos tenido la dicha y el
honor de ingresar en la augusta institución Masónica.
Plancha de un Q:.H:. de otro Oriente
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